Aislamiento de oficinas en una nave industrial de Guadalajara, en su falso techo, por donde se perdía toda la calefacción.
El techo de pladur, se había bajado hasta una altura normal de 2,70, dejando un falso techo con un hueco de 1,30 m
El aire caliente de la calefacción al pesar menos que el frío, subía hasta el falso techo y se perdía, porque no tenía un aislamiento que lo retuviera.
Se colocó 30 centímetros de celulosa ecológica Aislanat, con lo que se consiguió retener la temperatura, con el consiguiente confort en dicha oficina, además de conseguir un ahorro de energía y, por lo tanto, un ahorro importante en euros.